Enclavado en la actualidad en la calle Quart, es el jardín más antiguo de España y uno de los más antiguos del mundo. Creado en el año 1567 ha sido objeto de numerosos cambios a causa de los desperfectos sufridos en la guerra y en la riada de 1957.
Un oasis natural en el cual se pueden contemplar el artístico Umbráculo de hierro forjado y otros invernaderos, así como un estanque de peces de colores, un museo, el edificio de investigación, un huerto y numerosos elementos decorativos y estatuas de botánicos y arquitectos que dedicaron su afán para hacer de este jardín un edén poblado por más de cinco mil especies de árboles y plantas de los cinco continentes.
Si queréis pasar una tarde deliciosa, como yo, envueltos en la magia de este jardín, visitadlo. Os sentiréis inmersos en un mundo de fantasía, protegidos por sus gigantescos árboles y arrullados por el canto de las aves.
Y al abandonar esta hermosa naturaleza, os despedirá el viejo almez, de setenta años, que defiende la entrada y a los habitantes del jardín con su poderoso tronco.
Besets, si habéis leído hasta aquí.