(Poema de Navidad)
Descienden suavemente desde el cielo
encendiendo la noche de diciembre
miles de estrellas, dorada lluvia cósmica.
Serpentinas brillantes de un azul
engalanado para honrar al Niño Dios.
Y al posarse en la tierra sobre el portal,
iluminando del belén la humilde cuna,
transmiten un mensaje del Altísimo
a los hombres de buena voluntad.
En sus destellos, con letras refulgentes,
van formando una mágica palabra
que todos repiten como un eco:
¡PAZ. PAZ. PAZ. PAZ. PAZ…!
Y felicidad
Carmen Carrasco
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