30 de octubre de 2014
Gracias a Mª Auxiliadora Fonellosa, por este poema que ha dedicado a mi perrita Yasmín.
Dejé este mundo de sombras
por un absurdo. Al contemplar
al hombre, una voz en mi destino
al cielo me llamó en un sueño.
Tarde de otoño entre rosas rojas.
De tanto amarte me quedé
dormida, ya nunca he de olvidarte,
fueron las que tú me diste.
En el camino que ambas compartimos
una luz nació entre algodones y ya hoy
en ángel convertida amaré tu alma.
Yasmín me bautizaste como una princesa
de los desiertos lejanos llegada, un regalo
curioso y travieso, cada rincón era escondite.
Tú piel sabía a miel y tu casa a hogar.
Gracias por cuidarme, por amarme hasta el final.