Estío. El astro rey, el sol, se enseñorea más en el cielo enviando implacable sus rayos sobre la tierra y sus habitantes. Días largos, interminables, a veces tediosos. Monótono cantar de cigarras. Campos abrasados y sedientos bajo una tórrida temperatura. Ciudades casi vacías porque sus habitantes las han abandonado en busca de otros parajes más frescos. Cansera, que diría el insigne poeta murciano Vicente Medina.
Sí, todo eso. Pero el verano es también sinónimo de alegría, de vivir desinhibidamente, de olvidar por un tiempo los problemas cotidianos y disfrutar de todo lo que la Naturaleza nos ofrece: mares azules, playas doradas, montañas, ríos… ¡Vida!