Primer premio de Rapsodas del II Campeonato nacional de poesía dedicada a Madrid, noviembre 2021.
CANTO A MADRID
(Suenan las notas del chotis Madrid mientras hago mi aparición bailando)
Con el permiso de ustedes, (yo sé que me lo darán),
vengo a cantarle a Madrid, la ciudad que puso Dios
para recreo y solaz de cuantos viven aquí,
sean “gatos” u forasteros, pues Madrid es un tesoro
orgullo del mundo entero de más quilates que el oro.
Oiga, y si acaso estoy mintiendo, a las pruebas me remito
pues lo que hay en Madrid es digno de admiración.
Un paraíso, un edén de España en el corazón.
Esa Gran Vía. Cibeles, diosa de nuestros amores,
dando celos a Neptuno que por su achares muere.
Ese paseo del Prado, con su Museo de pintura,
y la calle de Alcalá donde pasa la florista
con sus nardos pregonando y la falda almidoná.
(canturreo Por la calle de Alcalá)
¡Ay, Madrid! ¡Ay, mi Madrid!
Ese Parque del Retiro, vergel de sin par belleza,
lugar de ensueño y recreo para el pueblo madrileño
donde doña Mariquita paseaba en carretela.
(canturreo Doña Mariquita).
Y no hablo del Bar Chicote, que en su canción lo llamaba
“crema de la intelectualidad” el músico Agustín Lara.
(canturreo En chicote un agasajo postinero…)
Y en el Madrid de los Austrias, la hermosa Plaza Mayor,
su tapeo, sus soportales, su ambiente y sus galanteos.
Cerca, la Puerta del Sol con el Oso y el madroño,
ese símbolo entrañable, de Madrid, el corazón.
Y la Puerta de Alcalá, ¡mírala!
majestuosa y altiva, testigo de tanta historia
que muy discreta se guarda en su memoria de piedra.
Y esas fiestas y verbenas el día de San Isidro,
bailando un chotis castizo muy juntos en un ladrillo.
Y en medio de la Pradera, pidiéndole a San Antonio,
las mocitas verbeneras al santo con devoción:
¡Mi San Antonio bendito, que vengo buscando un novio!…
(canturreo A San Antonio…).
¡Ay, Madrid! ¡Ay, mi Madrid!
¡Ah! Para vivir en Madrid, la Virgen de la Paloma
bajó un día de los cielos. Y desde su santo altar
protege a los madrileños, vela y reza por su paz.
Y aunque ustedes no lo crean, de noche me vuelvo “gata”,
como cualquier madrileña, y me subo a los tejaos
pa ver mi Madrid bonito por estrellas alumbrao.
Y me siento madrileña, bonita y flor de verbena,
lo mismito que un ramito de olorosa hierbabuena
(caturreo Madrileña bonita flor de verbena…).
Y cuando me llegue el día en que mi vida se acabe
y ya me arranquen de aquí, yo quiero llevarme al cielo,
como un preciado tesoro, un trocito de su suelo
pa besarlo desde allí. Querido Madrid, te quiero
y te canto con amor porque, aunque no tenga voz,
canto con la voz del alma estos versos que te escribo
salidos del corazón.
¡Bendita seas por siempre, castiza y vieja ciudad!
Porque… yo soy de Madrid, Madrid, Madrid.
¡Y no necesito más!
(suenan las notas del chotis Madrid mientras me alejo bailando).
© Carmen Carrasco