En recuerdo de los entrañables
borriquillos del Polígono, en Melilla
Me llevaron de paseo
a un hermoso campo verde,
cubierto por amapolas
y por mil flores silvestres.
¡Qué sensación!.
¡Cómo disfrutaba yo
lejos de la gran ciudad!,
Me sentía libre y feliz
en aquel bello lugar.
¡Qué ensoñación!.
Cargado y muy agobiado
se presentó un borriquillo,
sosteniendo a duras penas
su gran carga el pobre asnillo.
¡Qué sinrazón!.
¿Querrías jugar conmigo,
corretear por el campo
y perseguir mariposas?
Sería muy divertido.
¡Qué ilusión!.
Quisiera jugar contigo
y por los prados trotar
pero no puedo, Yasmín,
nací para trabajar.
¡Qué dolor!.
Carmen Carrasco
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